Es increíble pensar en lo siguiente, a pesar de que uno trate de darle explicación a las cosas que pasan, siempre resulta que Dios tiene su propia lógica, y las cosas no suceden como uno quieren, sino como Dios manda. Siempre ha sido así.
Uno por lo general le pide cosas a Dios, salud, bienestar, felicidad; y en el momento en que Dios no nos da esas cosas que queremos nos sentimos, en cierto sentido, defraudados. Pero las cosas no son así, Dios no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos, y no cualquier cosa, nos da lo que realmente necesitamos de verdad y no aquello que creemos necesitar.
Muchas veces he escuchado decir “Dios no cierra una puerta sin abrir una ventana” y les digo que yo también pienso así; no hay nada más grande que Dios y a veces no entendemos su voluntad, ¿por qué?, porque simplemente estamos apartados de su realidad. Si, está bien que somos a su imagen y semejanza, pero jamás seremos perfectos y no cualquiera es capaz de entenderle todo lo que dice, pero aquellos que son bendecidos en entender su voluntad son aquellos que guían de la mejor manera a los que están sedientos de la palabra de Dios.
Lo digo como experiencia personal, uno desea algo y las cosas no se cumplen. Pero al final vez una luz siempre que encomiendes tus acciones a Dios podrás encontrar esa luz; quizá al principio no te des cuenta que está allí. Pero tienes que mirar con los ojos del espíritu y no con los ojos humanos. Pienso que hay muchas cosas que no podemos entender. Pero hay cosas que el dinero no puede comprar, hay cosas que nosotros los humanos no podemos dar. Para esas cosas está Dios.
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